A principios de noviembre en Alemania los niños hacen sus propios faroles y salen con sus familias por las calles de los pueblos iluminando las horas de oscuridad del otoño y cantando canciones folclóricas.

Mucho más cerquita, acá en Bariloche, nuestro jardín se llena de magia y lucecitas para poder seguir con esta tradición, iluminando las primeras noches de la primavera.